viernes, 29 de agosto de 2008

Porque Claudia ya no estaba

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El jarrón estaba roto. Las flores mustias.
Claudia ya no estaba en la casa, se había ido. Para siempre. Se lo habían dicho, ella ya no volvería. Las flores que le había regalado seguían en el jarrón, pero hacía ya demasiado tiempo que nadie las cuidaba. Porque Claudia ya no estaba, y él se había quedado solo. Una casa demasiado grande para una sola persona. Una vida demasiado larga para vivirla solo. Porque Claudia ya no estaba. Había sido rápido y por alguna razón las cosas habían pasado. Claudia se había ido y no lo había llevado con ella. Se había marchado y se lo había llevado todo, todo menos a él. Y es que Claudia ya no estaba. Mirase donde mirase sólo veía a Claudia y eso lo estaba matando. Le mataba verla y no sentirla, le mataba imaginarla lejos. Porque Claudia ya no estaba. Tiró el jarrón al suelo y las flores se resquebrajaron. Lloró en silencio y gritó al cielo. Porque Claudia ya no estaba. Su ropa en el armario, su perfume en el tocador, sus pinturas en el baño, pero Claudia ya no estaba. Deseó que su vida se acortase, que el corazón frenase su carrera, que su último viaje fuese irse con ella. Pero no veía la salida, no estaba allí. Miró de nuevo a su alrededor, pero Claudia ya no estaba. El jarrón roto y las flores en el suelo; el corazón en un puño. La amaba, la quería, la necesitaba… Pero Claudia ya no estaba. Quería huir, correr, salir de allí y estar con ella. Abrió la puerta y cogió el coche, sólo quería estar con ella. Aunque sabía que Claudia ya no estaba. Frenó de golpe ante la verja negra. Atravesó pasillos con olor a flores y tristeza. Buscaba a Claudia, quería verla. Torció en la esquina y la vio. Pero Claudia ya no estaba. Sólo quedaba de ella el nombre y el vacío.

Claudia Martínez García
15 de Julio de 1971 – 25 de Agosto de 2008
Amada esposa.

Porque Claudia ya no estaba.
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miércoles, 20 de agosto de 2008

Despedida

Bien, aquí estoy yo, cansada, viendo borroso por culpa de abrir los ojos en la piscina y con la cara ardiendo porque creo que me quemé T.T Hace ya *cuento con los dedos* 16 días que volví de mi viajecillo y por fin me he diganado a escribir xD Es bastante largo para lo que os he acostumbrado ultimamente y en mi opinión está bastante bien, pero es posible que tenga faltas becauseeeee lo he escrito a medio dormir (mi mejor momento en imeginación, pero el peor en redacción) así pues disfrutadlo y devoradlo.


La Sombra me atrapa, caigo al suelo y esa masa de oscuridad se coloca sobre mí. Siento que me atrapa las manos y soy incapaz de moverme. Tiemblo, lloro e intento gritar, pero al parecer ya no tengo fuerzas ni para eso, todo queda en un pobre suspiro de socorro. Dos grandes esferas completamente negras se acercan a mí, me observan según creo deleitándose con su caza. No puedo aguantar más, estoy muerta de miedo, sé que voy a morir e imaginarme la forma hace que tenga incluso más miedo. Tras un último vistazo a los ojos de la Sombra cierro los míos con la esperanza de no tener que sufrir demasiado. Espero el dolor en silencio, con el único sonido de los sollozos que ya no controlo… Pero no llega. Ni desgarros ni muerte fría ni nada, no siento nada. La sombra sigue ahí sobre mí con esas esferas de oscuridad observándome, pero no parece tener intención de nada más. Lo miro temerosa preguntándome el porqué del cambio. La respuesta está ahí, en sus ojos, unos ojos buenos y tristes que me miran pidiéndome perdón. Vuelve a ser una mirada humana, la mirada de la presa y no la del cazador. Los ojos negros de Julio han vuelto. Sus manos son las que me sujetan ahora sin fuerza, y entre ellas me dejo caer cerrando los ojos.

Me alejo hasta apoyarme en el árbol más cercano. Siento cada músculo de mi cuerpo en tensión. Estoy agotado, casi no puedo mantenerme en pie. Es la primera vez que logro imponerme a la sombra, la primera en mucho, mucho tiempo… espero que no sea la última, por el bien de todos. Me armo de valor y cogiendo aire me giro de nuevo hacia ella que sigue en el suelo inconsciente, su cara está pálida y sus manos algo magulladas de haberlas apretado con demasiada fuerza. Por mi culpa, siempre por mi culpa…

Abro ligeramente los ojos, está muy oscuro y tardo en orientarme. En cuanto reconozco los muebles está claro, estoy en mi cuarto. Sin embargo no recuerdo cómo he llegado hasta aquí… Un momento, no estoy sola. Julio está junto a la ventana, mirándome apoyado en la pared, parece preocupado por algo, o quizás por alguien. No me muevo de la cama, sé que no me hará daño, pero hay algo dentro de él en lo que no confío. Me mantengo en silencio hasta que se da cuenta de que he despertado y suspira en lo que me parece un momento de alivio. Lo miro aún afectada recordando. Él parece avergonzado, se mueve con nerviosismo, entendiendo claramente que ya ninguno de los dos se siente cómodo.
-Yo… sólo, sólo… -me incorporo un poco intentando acercarme a él, pero Julio retrocede mirándome a los ojos; los suyos están enrojecidos, debe de haber estado llorando- Sólo quería asegurarme de que estabas bien –y tras una última mirada que parece querer decir muchas cosas, dice-. Adiós, Silvia, ha llegado el momento de que me vaya.
Se vuelve hacia la ventana y la abre con la intención de irse.
-¡Espera! –temblando y aún sin mucha seguridad en mis pasos me acerco de nuevo a él- Yo… no sé qué… -me manda a callar poniéndose un dedo en los labios.
Me mira despidiéndose con los ojos y me acaricia la mejilla con un gesto de casi dolor en la mirada. Cierro los ojos queriendo poder olvidar todo lo que ha pasado hoy excepto este momento… pero no puedo, han sido demasiadas cosas como para olvidar. De pronto noto a Julio acercarse y rozar mis labios con los suyos. No quiero que pasen los segundos pues sé que es un beso de despedida, pero estos traicioneros momentos corren como si quisiesen huir y pasa, pasa muy rápido. Cuendo quiero darme cuenta Julio ya se aleja por entre las sombras que el bosque crea al caer la noche.


Continuará...

El capítulo de No quiero creer, el de los pensamientos de Silvia se podrías decir que se cancela, no sé si lo borraré, pero es que me da un poco de pena y no sé muy bien qué voy a hacer con él, pero por ahora que sepáis que es como si no existiera. El orden de escritura no estaba demasiado correcto, así que anulado -.-U